El papa Francisco expresó su “dolor y vergüenza” ante los abusos sexuales cometidos por los miembros de la iglesia católica y manifestó su esperanza en que no se vuelvan a repetir. Sus palabras, expresadas en La Moneda, arrancaron aplausos entre los asistentes a la ceremonia oficial.
El pontífice llegó a las 8:22 al palacio de Gobierno en el vehículo Hyundai azul híbrido que lo trasladó desde la Nunciatura Apostólica, y en el acceso de calle Moneda fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet, mientras era saludado por unos 3.000 invitados en la Plaza de la Constitución.
En la parte central de su discurso de aproximadamente 10 minutos, el pontífice llamó a escuchar a los niños, a darles dignidad y, en este contexto, expresó que “no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la iglesia”.
Luego, se dirigió a sus “hermanos del episcopado”, señalando que “es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos empeñado para que no se vuelva a repetir”.
También tuvo palabras para los migrantes, los problemas ambientales y los pueblos originarios. “De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean”, afirmó.
“Chile tiene en sus raíces una sabiduría capaz de ayudar a trascender la concepción meramente consumista de la existencia para adquirir una actitud sapiencial rente al futuro”, añadió hacia el final de sus palabras.
Tras la ceremonia en el Patio de Los Naranjos, Bachelet y el papa sostuvieron una reunión privada de jefes de Estado en el Salón Azul. Finalmente, el papa abandonará la sede de Gobierno por el pasillo central, junto a la Presidenta Bachelet, que lo acompañará hasta la puerta de Moneda. En ese lugar, ya en el exterior, fue instalada una pequeña tarima, sin escalones, para que el Papa pueda subir y saludar a las personas apostadas en la plaza.
