Según un análisis de La Tercera, elaborado con datos de la Dirección de Transporte Público Metropolitano (DTPM), un aumento en el número de fiscalizaciones y la entrada en vigencia del nuevo registro de evasores tuvieron como resultado que en abril, mayo y junio, la evasión fue de 25,5%, tres puntos menos que el trimestre anterior y cinco puntos menos que la medición del mismo período del año pasado.
Sin embargo, no bastó para mejorar la situación financiera del sistema, ya que en el primer semestre Transantiago cerró con un déficit por $280.618 millones, la mayor cifra registrada para un período similar al menos desde 2009, cuando el déficit del sistema alcanzó los $209.255 millones.
Si bien los recursos del sistema subieron en 10% respecto del año anterior ($28.169 millones), el incremento del déficit responde principalmente a un aumento de 15% en los gastos del sistema ($76.153 millones), alza que superó a la que experimentaron los ingresos. Esto, gracias al aumento de tarifas de febrero pasado.
Finalmente, la publicación señala que entre 2009 y 2017, el Estado ha desembolsado US$9.363 millones para el pago a las compañías operadoras de transporte de buses.
Si en la anterior administración de Sebastián Piñera el pago a concesionarios sumó US$4.653 millones, en el mandato de Michelle Bachelet se elevó a US$4.710 millones, 2,3% más.
La mayor alza en los últimos ocho años se registró en 2014, cuando el pago a concesionarios se incrementó en 6% a US$1.283 millones.
