-Desde la entidad enfocada en el reciclaje domiciliario, conversaron con Fortín Mapocho. Uno de sus representantes, Miguel Berrios, contó que se han coordinado con juntas de vecinos de San Bernardo y que con éxito han recuperado decenas de toneladas de basura. “Tenemos puntos limpios, donde la gente va a depositar las cosas (…) Estamos trabajando con la alcaldesa Nora Cuevas para poder levantar acciones de reciclaje, que tengan poder idiosincrático y cultura de protección al medio ambiente”, explica.
Por Gabriel Angulo González
No siempre es prioridad, no por ello deja de tener importante. Los temas ambientales, en ocasiones, pasan a segundo plano, pero algo es constante: la polución.
La Región Metropolitana se caracteriza por tener altos índices de contaminación atmosférica. Semana tras semana se decretan, casi a diario en invierno, alertas ambientales en Santiago.
Pero en residuos sólidos la capital no se queda atrás. A nivel país, se recicla tan sólo el 1% de la basura generada por las personas. Y lo hacen grandes industrias. Según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), en el país se generan 17 millones de toneladas de basura al año. Algo así como un kilo por persona.
Situación que preocupa en fundación “Mi Barrio Verde”, organismo con más de un año de existencia. Un grupo de tres profesionales conformó el proyecto: un ingeniero agrónomo, otro de planificación y el tercero es psicólogo.
Este último, Miguel Berrios, conversó con Fortín Mapocho para comentar acerca del trabajo que hacen en promover su modelo de gestión de basura domiciliaria, con foco en el reciclaje con vecinos, a través de la educación de la comunidad. “Así como también la elaboración de proyectos destinados al desarrollo tecnológico y de la optimización sustentable del manejo de residuos reciclables”, dice en el sitio oficial de la fundación.
Partieron en mayo de 2016. Comenzaron con un sistema puerta a puerta para dar disposición final a sus residuos de las personas. En junio del mismo año realizó un plan piloto del proyecto con treinta familias de Lomas de Mirasur, en San Bernardo, el que fue un éxito y entregó una efectividad superior a otros modelos. En diciembre, forman la fundación y crean “Compromiso Verde”, un programa dedicado a reciclar con asociaciones vecinales, empresas, instituciones y recicladores base.
Berrios, cuenta que aceptan en sus contenedores sólo residuos domiciliarios (vidrio, cartones, plásticos, latas, entre otros). Han logrado recuperar decenas de toneladas de basura. “Nosotros garantizamos que efectivamente estos elementos van a ser tratados y destinados al reciclaje. Se van a transformar de nuevo en materias primas. No van a terminar en un basural”, asegura.
En Febrero 2017 se unen a distintas juntas de vecinos de San Bernardo para dar inicio a múltiples ´distritos verdes controlados`, poniéndose como meta el reciclaje de la mayor cantidad posible de los residuos sólidos generados por ellos, y reducir así la huella de carbono.
Están instalados San Bernardo. De aquí, a fin de año, esperan abrir otro centro en Maestranza. Se han coordinado con el municipio. “Tenemos puntos limpios, donde la gente va a depositar las cosas (…) Estamos trabajando con la alcaldesa Nora Cuevas para poder levantar acciones de reciclaje, que tengan poder idiosincrático y cultura de protección al medio ambiente”, explica.
Puntos limpio en sede fundación "Mi Barrio Verde".
El psicólogo comenta que han superado las expectativas que tenían. “Hemos tenido un éxito inesperado, y no es al azar. Cuando generamos este plan, una de las primeras cosas que teníamos en mente era retribuirle a la comunidad. Recicla, reduce y reutiliza, son las “r” del reciclaje, nosotros agregamos una cuarta: retribuye”.
Todo el reciclaje que reciben en la fundación, en consecuencia, lo ´valorizan`. “Esos recursos se convierten en zonas verdes para comunidad. O sea, se puede usar para proyectos verdes en la comuna, como paneles fotovoltaicos en las casas”, opina.
Concientizar
Otras de las tareas de la fundación es crear conciencia en la población. Hacen talleres directos con vecinos, en colegios, en las sedes vecinales o en las propias casas para educar sobre reciclaje.
“Las botellas de bebida se valorizan más en grandes cantidades. Si un cartonero o gente que recoge cosas en la calle va con un solo objeto, no le sirve, pero si junta varios kilos ahí sí puede generar más ingresos. Entonces, la idea es generar una cooperativa de recicladores base para que nos puedan ayudar a generar acciones en la comuna”, asevera el profesional.
Labor de reciclaje de cartones.
En Chile -dice Berrios- falta que tomemos en serio el tema. No sólo como un ´slogan cosmético` del Gobierno o la empresa privada.
“Tenemos un plan piloto en colegios. Nos ha ido bien, porque partimos al revés. Las empresas parten de los niños, nosotros de los mayores. Capacitamos a los administrativos, directores, profesores, etc., y después, bajamos eso a los niños, cuando tengan asumido que, moralmente, es malo botar una botella de plástico al suelo o al basurero normal, entonces, recién ahí se les enseña”, sostiene.
´Mi Barrio Verde` se ampliaría a otras comunas. Ya han presentado su propuesta a otros municipios colindantes como Puente Alto y Pirque. Pero les falta recursos. Trabajan siete profesionales, y otras veinte personas, que colaboran en la comunidad. Hoy, existen 200 juntas de vecinos en San Bernardo, pero sólo laboran con dos.
“Nos falta más recursos. Tenemos requerimientos de cien juntas más, pero no tenemos la mano de obra para responder a eso. Pero, así y todo, creo que trabajamos bien, porque si abarcamos muchos nuestro modelo se puede caer. Creemos que el reciclaje domiciliario efectivo con los vecinos es posible. La cercanía con ellos es clave y eso no se logra de un día para otro”, comenta.
Cambio climático
En último término, en el organismo consideran que incorporar el reciclaje en la cultura social contribuye a disminuir los efectos del calentamiento global.
“Nuestro objetivo es luchar contra el cambio climático, a partir de un modelo de reciclaje que pueda dar resultados positivos (…) Hace poco nevó y en verano casi llegamos a los 40° c, entonces esas temperaturas extremas se ven con este fenómeno (…) los científicos dicen que si no reducimos dos grados en diez años o más, va haber zonas del planeta que serán inhabitables, la desertificación empieza avanzar, los hielos milenarios de los polos se van a derretir, entre otros efectos de aquí a 20 años”, asegura Berrios.
La Ley de Fomento al Reciclaje (Nº 20.920), actualmente vigente, introduce la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), la cual obliga a las empresas (fabricantes e importadoras) de productos prioritarios a hacerse cargo de sus elaboraciones una vez terminada su vida útil. La ley especifica los siguientes productos prioritarios: Aceites y lubricantes, aparatos electrónicos, baterías, envases y embajales, neumáticos y pilas.
“Es una buena normativa que obligará a que las empresas a que se hagan cargo de sus residuos, pero ojala no abusen. Por ejemplo, CCU podría traspasar el costo de adherirse a la ley, a los consumidores de bebidas, y una botella de un litro o más va costar $30 o $50 más. Es algo que se tiene que revisar, en cuanto a su aplicación”, sentencia.
¿Cómo es el ciclo del reciclaje?
Según el “Programa Santiago Recicla” de la Seremi de Medio Ambiente Metropolitano, el sistema de reciclaje comienza cuando un producto es comprado por un usuario y luego de su uso tiene dos opciones; botarlo en un basurero o separarlo en origen.
La segunda opción se refiere a separar productos reciclables de los que no lo son para luego ser depositados en: puntos de reciclaje como campanas, puntos limpios o puntos verdes, también existen campañas ocasionales y programas de recogida puerta a puerta.
Luego, cuando los puntos de reciclaje tienen un volumen importante de residuos clasificados, se venden a empresas recicladoras que transforman los residuos en materia prima para la venta a industrias manufactureras que elaboran nuevos productos, que serán posteriormente lanzados al comercio para su venta y comercialización.