Política

Ricardo Camargo: “En segunda vuelta, hay que sumar, sin ser sumados”

En exclusiva conversó con Fortín Mapocho, Ricardo Camargo, abogado y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, y candidato a diputado por el distrito 8 (Maipú, Cerrillos, Estación Central, Pudahuel, Lampa, Quilicura, Colina y Til Til), en la lista del Frente Amplio, representando al Movimiento Autonomista.

El jurista abordó con el Fortín el actual escenario político y la polémica en torno a una eventual segunda vuelta en las próximas elecciones presidenciales, y el rol o actitud que debiera asumir el conglomerado que aspira a representar en el congreso.

En ese contexto están son las reflexiones del candidato:

Respecto al actual escenario político y las declaraciones cruzadas dentro del Frente Amplio, ¿cómo ve las posibilidades reales de Beatriz Sánchez de pasar a segunda vuelta?

La última encuesta seria que hemos conocido es la del Centro de Estudios Públicos, que se publicó el 1 de septiembre pasado, o sea hace un mes y medio. Todas las otras encuestas tienen déficits metodológicos a mi juicio. En la CEP, Beatriz y Guillier aparecían empatados en votantes probables. Eso significa que la disputa electoral por quién pasa a la segunda vuelta está totalmente abierta, ese es un hecho. Desde entonces las campañas han entrado en tierra derecha en cuanto a despliegues territoriales y comunicacionales. Si se pudiera mencionar alguna circunstancia relevante que las han afectado, yo señalaría el caso del Alcalde de San Ramón-narcotráfico y sus eventuales vínculos -aún insuficientemente aclarados- con la candidatura de Guillier. Son hechos que afectan a cualquier candidatura y está por verse cuánto le ha pegado a Guillier esa denuncia. Beatriz, por su parte, se ha desplegado por todo Chile con un mensaje claro: que no salgan los mismos de siempre!, y su recepción ha sido impresionante.

Todos hablan de qué pasa si no pasa… y los eventuales acuerdos que eso podría suponer, pero… y si pasa…? también se requerirán acuerdos…? cómo se construyen esos eventuales acuerdos?

A menudo se nos olvida, pero el nacimiento del Frente Amplio responde a un agotamiento del modelo que ha regido Chile desde la vuelta de la democracia, y que ha tenido como protagonista principales en lo político tanto a la ex Concertación (hoy Nueva Mayoría) y la derecha. Su agotamiento no ha sido inventado por ningún intelectual o dirigente político. Más bien, ha sido voceado en las calles desde 2006, por miles de chilenos que han dicho “educación gratuita y de calidad” y luego desde el 2016 “No más Afp”. Detrás de esas demandas a mi juicio hay un malestar profundo con un modelo que no cumplió las promesas y expectativas que ofreció. Recuérdese el logo más icónico de la Concertación: “crecimiento con igualdad”. Los chilenos y chilenas saben que ha habido crecimiento, pero fundamentalmente para algunos. La igualdad a su vez no sólo ha sido deficiente, sino que los avances que se lograron son estructuralmente precarios. Te doy un ejemplo: una familia media en Chile que tiene ingresos por $400.000 pesos mensuales, si tiene el infortunio de sufrir en alguno de sus miembros una enfermedad grave o catastrófica, es muy probable que caiga inmediatamente bajo la línea de la pobreza o quede endeudada por años. Sabemos eso. Contra esa precariedad de la vida cotidiana, y contra quienes han permitido que ello suceda, los chilenos han expresado muchas veces su insatisfacción. Entonces, el Frente Amplio no es una fuerza política más. Es la encarnación más fidedigna de ese malestar transformado en articulación política y se debe a aquello. Por tanto, la labor central del Frente Amplio y de Beatriz como su líder actual, es disputar los sentidos hegemónicos que quieren desdibujar ese malestar, y que niegan que haya un camino alternativo para canalizarlo y convertirlo finalmente en fuerza transformadora y fundadora de un nuevo Chile, definitivamente más justo y más seguro. La disputa electoral por parte del Frente Amplio debe tener ese sentido (y lo ha tenido hasta ahora). Olvidarlo, no solo sería un error, sino una sentencia de defunción para una fuerza que nació para gobernar y no para ser sumada.

La pregunta es si Beatriz Sánchez la que pasa a segunda vuelta… ¿Se buscarán o no  acuerdos con otras fuerzas políticas?

En segunda vuelta, hay que sumar, sin ser sumados. Eso significa articular contenidos programáticos progresistas y una direccionalidad tendiente a construir un gran polo democrático que derrote en el corto y mediano plazo la hegemonía actual de las dos derechas.

¿Cuál es la oportunidad para discutir sobre esos acuerdos… ahora, o después de la elección del 19 de noviembre… por qué…?

Yo defiendo la tesis de la “remontada”, esto es, postergar la discusión de la segunda vuelta y concentrarnos en que Beatriz y Guillier van relativamente empatados. Y al mismo tiempo y con más energía enfatizar que nos encontramos en un momento histórico de impugnación del orden neoliberal que ha regido Chile en los últimos 30 años (y no solo con Piñera, como ya dije). Marcar esas distinciones es vital para la política democrática… más aún, y lo diré más simple: Guillier no solamente no es lo mismo que Beatriz, sino que en muchos aspectos encarna un modelo antagónico a aquel que busca dar vida el Frente Amplio. Renunciar hoy (en la ronda final de la primera vuelta) a dar esa disputa de claridades y de cara al pueblo por un “miedo a la derecha” me parece un error en todas las dimensiones de lo político, incluida por cierto la dimensión electoral. Es resignar lo que estamos llamados a ser: una fuerza nueva, encarnadora de esperanza y bullante en energías transformadoras, que puje por un nuevo horizonte de sentidos.

Por lo demás, cuando se convoca las esperanzas de un pueblo, como yo creo el Frente Amplio y en particular Beatriz lo han hecho, no hay excusas para no seguir hasta el final bregando por llegar lo más lejos en dicho empeño. De lo que hablo, es  tan solo honrar la ética democrática. Lo que pasa es que hemos vivido por años teniéndole pavor a procesos en que proyectos antagónicos se enarbolen y se disputen abiertamente de cara a los ciudadanos, sin diluirse en “cocinerías” de antiguos (los Zaldívar) y nuevos cocineros -estos últimos, tan inexpertos que no pueden evitar cortase los dedos en una escena patética.

En ese sentido, Beatriz está muy por encima de estas disputas pequeñas y nos ha mostrado a todos que en democracia, las batallas se dan hasta el final y con toda la convicción que dan el cuerpo y espíritu de sus adherentes. Cualquier otra cosa es castigada -y con razón- por un pueblo que, más allá del juicio intelectualizado que tienen algunos de él, tiene un olfato antiguo para detectar sin atisbo de error el hedor profundo del oportunismo. El pueblo lo dice así: “ya se arreglaron”, “solo quieren cargos en el gobierno”… esa imagen es imborrable, no advertirlo me parece de un amateurismo brutal… es caer en la propia trampa.

Si no pasa a segunda vuelta, es usted partidario de construir un acuerdo para derrotar a Sebastián Piñera…? Ese es el objetivo del Frente Amplio…? del Movimiento Autonomista…?

En segunda vuelta habrá que hacer lo mismo que en primera. Me explico. El Frente Amplio no puede nunca renunciar a disputar la construcción de una nueva hegemonía. Ello, por cierto, requerirá mucha inteligencia y madurez política para que no gane Piñera. Pero quiero ser claro en esto. Solo una discusión programática y de cara a la gente, que será finalmente quien decidirá qué rumbo tomar, permitirá derrotar a las dos derechas, la de Piñera y la que habita la Nueva Mayoría. No nos perdamos en esto.

¿Cuáles serían las bases para construir un acuerdo con Guillier?

Diría que las que apuntan a dotar de mayor justicia social y seguridad a los chilenos y chilenas. Desde luego terminar con las AFPs y crear por fin un sistema de seguridad social, solidario, público y de financiamiento tripartito que aumente las pensiones; la creación de un seguro de salud único que reemplace la actual cotización obligatoria del 7%; una reforma tributaria guiada con el principio de justicia distributiva; y el compromiso de convocar a la brevedad a  una Asamblea Constituyente, para que por vez primera decidamos en conjunto la carta maestra que queremos rija nuestras vidas. No creo que ningún progresista pueda negarse a estos acuerdos programáticos, son, en verdad, un mínimo para recuperar un país decente.

Cree posible llegar a un acuerdo con MEO o Goic, en la eventualidad de que ellos pasaran a segunda vuelta?

Me parece una pregunta irreal. MEO y Goic no tienen ninguna posibilidad de pasar a segunda vuelta, yo soy realista y no creo que valga la pena hacer política ficción, para eso está el cine o la literatura, y en buena hora.

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