-El representante de la ONG ambientalista en Chile, conversó con Fortín Mapocho. Junto con hacer un balance de principales problemas ambientales que afectaron el país en 2017, analizó el actual escenario político respecto de estas temáticas. Asimismo, se refirió al rol que las instituciones y el gobierno deben seguir para que exista un real desarrollo sustentable.
Por Gabriel Angulo González
El medio ambiente se ha convertido un tema relevante. Tanto así, que en el actual gobierno se habla del “sello ambiental” que la actual administración encabezada por Michele Bachellet dejará como legado. Algo que confirmó el subsecretario de Medio Ambiente, Jorge Canals, en este medio.
Sin embargo, más allá del poder Ejecutivo existen agrupaciones que, a nivel global, luchan día a día por sus campañas, creando conciencia sobre lo importante que es cuidar nuestro planeta, manifestándose en contra de cualquier proyecto que contamina y que genera algún perjuicio a la naturaleza.
Uno de estos organismos es la ONG Greenpeace. En Chile, está representada por Matías Asun, director nacional. Quien, haciendo un espacio en su agenda vino a Fortín Mapocho para analizar las campañas de la entidad el año pasado, y comentar los temas pendientes en la materia, a nivel político, institucional y empresarial.
Cambio climático
Asun partió hablando sobre el fenómeno natural conocido como: Calentamiento global o cambio climático. Que según él, y muchos científicos que avalan sus estudios, la actividad humana potencia la problemática, desencadenando una serie de catástrofes, que hemos observado en los últimos años.
“Muchos de los desastres se deben a la acción del hombre, que agudiza el cambio climático. Por eso, vemos aluviones, por ejemplo, como el ocurrido en la zona periglaciar de Villa Santa Lucía, Yelcho. También vemos lluvias torrenciales, terremotos, climas con temperaturas muy altas, etc. Esto, demuestra que Chile es un país vulnerable frente a efectos del cambio climático”, advierte.
El año pasado, para la ONG vino a ser una confirmación de lo que estaban planteando, en cuando a hechos graves. “El 2017 vino a rematar lo que ya era una tendencia con la crisis que vivimos, por ejemplo, en el caso de Chiloé. Con la marera roja que se desató allí, y eso tuvo que ver con el cambio climático, y vemos también cómo la acción del hombre y de las empresas influye. En este caso, las salmoneras”.
El tiempo -dice- les dará la razón. “Todo indica que el tema medioambiental es y será prioritario para la ciudadanía”, apunta.
-¿Pero esta mirada la acogen los gobiernos?
-“No es una mera moda. Los Gobiernos tarde o temprano terminan regulando hacia lo pendiente en esta área. No es algo de vestirse de ambientalista un rato y luego volver a lo tradicional, sino que con la gestión del ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, en el actual gobierno, por ejemplo, se está expresando un sentir, pero ojala que no sea esporádico, sino como política de Estado permanente”.
-¿Y qué espera del gobierno de Sebastián Piñera?
-“Espero que coloque gente idónea y no operadores políticos en servicios clave de Medio Ambiente, ojala sea gente que pueda construir los consensos necesarios, sin darle una preponderancia a priori, sólo al sector empresarial. Ojala que prime el interés social por sobre el empresarial. Ojala no se destruya lo que se ha avanzado”.
Poco avance
El director de Greenpeace valora lo progresado en Chile. No obstante, dice que falta mucho por hacer y que cada vez esta materia cobrará mayor relevancia.
“Hemos mejorado en materia de ingresos y calidad de vida en los últimos 20 años, pero nada y poco se ha hecho en el ámbito de protección al medio ambiente. El crecimiento y avance, en Chile, se ha hecho a costa del medio ambiente“, sostiene.
Luego, sobre lo mismo, y apuntando a las “zonas saturadas” de contaminación, como Huasco, Puchuncaví-Quinteros y Coronel, añade: “El que los relaves mineros estén colapsando y que nadie se haga cargo, de la contaminación en zonas donde se vive bajo nubes de polvo, habla de lo mal que lo hace el Estado en esta área (…) Hay una tormenta perfecta entre contaminación y desigualdad en estas zonas saturadas. No es casualidad que no exista agua potable, que está estancada en napas cubiertas de contaminación”.
Lobby político
Para Asun, existe un lobby implíccito en la aprobación de distintos proyectos. Tal es el caso del relleno sanitario industrial KDM en Til Til, o Minera Dominga en la Región de Coquimbo, etc. Debería reformarse, a su juicio, la manera de cómo se evalúa, aprueba o rechaza la construcción de distintas obras.
“El ex ministro de Economía, Felipe Céspedes fue un defensor a rajatabla del proyecto Dominga, y el mismo que autorizó el vertido de salmones en el sur, le da esta suerte de ´pataleta` y termina renunciando al Gobierno”, acusa.
Pero afirma que con el actual secretario de Estado, en la misma cartera, la situación empeoró. “Y con el ministro actual, la cosa está peor. (Jorge Rodríguez) Grossi es un destructor del planeta completamente comprometido (…) Esperamos que los $24 millones mensuales que ganaba, como director de Salmones Australes, no incida y no le impida crear las áreas protegidas para que la salmonicultura no destruya los mares de Magallanes”, plantea.
En consecuencia, según Asun, unos de los problemas ambientales más serios tiene que ver con la corrupción asociada a cada aprobación de un megaproyecto minero o energético. O también la no legislación en temas relevantes como la protección de los glaciares.
“Una de las grandes deudas de (Michelle) Bachelet con el medio ambiente es haber destruido el proyecto de Ley de Glaciares, que ella se había comprometido el 2014, en su discurso del 21 de mayo”, asevera y agrega: “Ahí quedó la discusión sobre el Código de Aguas, política energética, Ley de Glaciares, etc. Por tanto, para nosotros es una señal de descuido (…) La desertificación y destrucción de los glaciares nos está golpeando la puerta a todos. Y Falta una visión política de largo plazo en el manejo del medio ambiente en Chile”.
“Vimos el caso del ex ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier. Un demócrata cristiano que se fue al comando de la presidenciable de la DC, Carolina Goic. Su gestión se basó en hacer las cosas ´en la medida de lo posible`, en materia normativa y leyes medioambientales”, expresa.
Sin embargo, valoró la salida de Badenier y que ocupara el cargo, quien en ese entonces era subsecretario.”El arribo como ministro de Marcelo Mena vino a cambiar un poco el aire y todo el proceso constituyente reveló que la ciudadanía, en su gran mayoría, aboga por el medio ambiente y su protección”, destaca.
Salida de ministros y desarrollo
La salida de los ex ministros de Economía, Medio Ambiente y Hacienda, Felipe Céspedes, Rodrigo Valdés y Pablo Badenier, respectivamente, dejó entrever una forma de hacer política que Asun espera no se repita. “Es bueno que estos políticos dejaran el gabinete, porque sus intereses no cuadraban con la ciudadanía”.
Chile, al estar inmerso en la economía global requiere dar el salto, dando cabida más prioritaria a las problemáticas ambientales. “Hay personas en el poder político y empresarial, incapaces de tener una mirada de estrategia de desarrollo y estamos condenados a creer que los monocultivos, la industria extractiva y sólo el uso de combustibles fósiles es la panacea del salto al desarrollo. Los hechos demuestran que no es así”, comenta Asun.
-Pero, ¿Necesitamos proyectos como Alto Maipo para satisfacer la demanda energética?
–“No necesitamos Alto Maipo. Es una falacia. Si potenciamos las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) podemos inyectar energía, no sólo a las mientras, sino que suministrar a toda la población de Chile (…) No estamos diciendo no a las inversiones, pero sí a las reglas claras para que prime un criterio técnico por sobre uno político en aprobación de proyectos, y así el tema no se judicialice y termine siendo, como siempre, la Corte Suprema la que decida si se construye o no un proyecto. Hay que evitar eso”.
Institucionalidad al debe
Acerca de la nueva institucionalidad ambiental que se instaló a partir del año 2012, con el Ministerio de Medio Ambiente, los Tribunales Ambientales, el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), reconoce un logro, pero sostiene que “aún falta mucho camino por recorrer”.
En específico, aludió a la SMA que elevó el “estándar ambiental” para que una empresa opere en Chile, respetando la normativa vigente o, de lo contrario, se expone a una sanción. Sin embargo, para el representante de Greenpeace, la SMA debe ejercer sus plenas facultades de, por ejemplo, sancionar con la paralización de proyectos, o incluso la clausura definitiva cuando se acredita una falta gravísima a la normativa ambiental, o en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
“Si puede paralizar, sería bueno que lo hiciera. O sea, hay muchos proyectos que hace rato deberían estar paralizados por su atentado contra el medio ambiente. Y las firmas dueñas, en algunos casos, sólo han sido multadas. Invito al Superintendente del Medio Ambiente, Cristián Franz, a que haga su pega y paralice más en lugar de multar”, emplaza Asun.
Aludió, en particular, al caso de la minera canadiense Barrick Gold, que quiere instalar el proyecto minero de oro, Pascualama. “Se podría haber sancionado a Barrick hace rato. La multa que se le impuso fue en el marco de una autodenuncia falaz por parte de Barrick. Por lo tanto, en realidad, lo que hizo esta firma canadiense fue pintarle la cara de payaso, al que estaba de superintendente en el aquel entonces, Juan Carlos Monckeberg”.
Y siguió: “En este caso, tengo la impresión de que ha faltado valor. Y que eso se está recuperando en este momento. Tengo la expectativa de que en estos meses las personas que no han hecho su trabajo, como el superintendente Franz, empiecen a hacerlo, porque la verdad no lo han hecho”.
Luego, profundizó su análisis del rol que debería tener la entidad fiscalizadora: “La SMA no se tiene que medir por la cantidad de oficios que envía, sino por la cantidad de sanciones efectivas. Particularmente, cuando un juicio termina razonando y generándole una crisis política al superintendente por haber actuado de cierta manera, vemos una consecuencia negativa. En particular, al anterior superintendente Monckeberg le pasó eso y esperamos que el actual (Franz) haga su trabajo. Porque le tenemos fe. Tiene que hacer su trabajo y ojala que lo haga bien”.
Consultado sobre el sistema de evaluación de proyectos, sostuvo: “Hay que agilizar el SEA. Hay mucha burocracia innecesaria, pero la idea es sacar la grasa, no como dice Piñera, sino que sin destruir la institucionalidad que hemos creado”.
Desafíos Greenpeace
El Arctic Sunrise, uno de los emblemáticos barcos de Greenpeace, llegó a Chile en enero para realizar una expedición de tres meses a la Antártica para proteger el océano antártico central contra la amenaza de la explotación pesquera, la contaminación y el cambio climático. “Esta expedición permitirá que, por primera vez, el ser humano se sumerja en el fondo del mar de Weddell para pedir al mundo un santuario antártico”, explica Asun.
Por otro lado, 48 comunas ya tienen regulación sobre el no uso de bolsas plásticas. La medida, según Asun, debe hacerse extensiva a nivel nacional. “Hay que convencer a los supermercados de que no usen más las bolsas plásticas, y que ellos mismos le pongan una fecha de término, con Cencosud -en específico Jumbo-, estamos trabajando, pero eso tiene que acogerlo también Walmart y los otros supermercados”, acota.
Finalmente, el director de Greenpeace, valoró la creación de la Reserva Forestal Nacional Alacalufes, a cargo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el anuncio del Gobierno de instauración de áreas marinas protegidas, y “que no se permita la instalación de nuevas salmoneras”. Y por último, la apertura del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, “que viene a completar este abanico de nueva instituciones ambientales”.
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