El papa Francisco afirmó ayer por la tarde que “conozco el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad”, que sabe que los miembros de la iglesia “han sufrido insultos” y que se “está pagando caro” andar vestido de cura.
De esta manera, el pontífice se refirió por segunda vez al tema de los abusos sexuales a menores por parte de miembro de la iglesia. La primera fue en la mañana de ayer en La Moneda, y después en la tarde en la Catedral Metropolitana, donde se reunió con monjas, diáconos, presbíteros y seminaristas.
En la puerta del principal templo de la capital, y después de un recorrido en papamóvil por el centro, Francisco fue recibido por el dean de la catedral, el alcalde Felipe Alessandri, el cardenal Ezzati y otras autoridades.
En una catedral colmada de miembros de base de la iglesia, Francisco les dirigió un mensaje de contenido teológico, con múltiples referencias a la Biblia, peor no dejó de lado el tema que tiene complicado al catolicismo nacional.
“Conozco el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal. Dolor por el daño y sufrimiento de las víctimas y sus familias, que han visto traicionada la confianza”, dijo el papa en la parte central de su mensaje.
“Sé que a veces han sufrido insultos en el Metro o caminando por la calle; que ir vestido de cura en muchos lados se está ‘pagando caro’. Por eso, los invito a que pidamos a Dios que nos dé la lucidez de llamar la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo”, añadió.
Tras este encuentro, el papa se reunió con los obispos en la sacristía de la Catedral de Santiago. Desde el principal templo de la capital inició, a las 18:40 horas, un segundo traslado en papamóvil hacia el Santuario del Padre Hurtado.
Este tercer recorrido en papamóvil incluyó catedral, Morandé, Alameda y Autopista Central (General Velásquez) para ingresar al santuario por calle Hogar de Cristo, donde participó en un encuentro privado con los sacerdotes de la Compañía de Jesús.
