La machi Francisca Linconao llegó temprano a esperar al papa Francisco a las afueras de la casa “Madre de la Santa Cruz” para entregarle una carta, objetivo que finalmente no pudo cumplir personalmente.
La autoridad ancestral se ubicó en una de las calles por donde pasaría el papamóvil para intentar interceptar y que la escuchara el sumo pontífice.
De hecho, en el momento en que el papa se acercó al lugar, ella levantó su mano con la carta en la que le pedía que interceda a su favor y con una pancarta.
Sin embargo, debido a la cantidad de gente en el lugar y al contingente policial que la rodeó, no fue vista por el papa Francisco.
Frente a esta situación, el coronel de Carabineros, Enrique Monrás, aseguró que personal policial “estaban alrededor de ella, pero en ningún caso fue un problema”.
“El contingente que hemos tenido para todas las actividades es la planificación que se ha hecho. Cualquier situación, cualquier persona que nosotros estimemos que podría provocar algún problema, evidentemente se van a tomar los resguardos”, acotó.
Asimismo, reiteró que el hecho de que efectivos policiales rodearan a la machi “fue sólo parte de una contención que se hace con personal de Carabineros y que está dentro de lo normal para este tipo de eventos”.
Luego de esto, la machi Linconao se retiró molesta del lugar, mientras algunos fieles le gritaron que “el papa es importante, ella no tiene ninguna importancia”.