El Tribunal Oral Penal de Antofagasta sentenció a Rumualdo Antonio Molina Sepúlveda (37) a ocho años de cárcel por los abusos sexuales a que sometió a su hija entre 2008 y 2015, delitos perpetrados al interior del hogar familiar.
En el juicio, el fiscal David Cortés expuso que los abusos comenzaron cuando la víctima tenía 11 años y que éstos consistieron en tocaciones por encima y debajo de su ropa, cometidos cuando la niña estaba viendo TV o acostada en su habitación.
El individuo le pedía a su hija que no contara lo que ocurría e incluso le prometía que no volvería a ocurrir. Sin embargo, reiniciaba los abusos, que perpetraba de noche cuando la niña dormía en su cama. Cuando la menor despertaba, ella lo echaba de la pieza y el sujeto volvía a la habitación matrimonial, diciendo que había ido a ver si alguno de los hijos estaba destapado.
Reconoció que iba al dormitorio de su hija una vez por semana y dijo que los abusos cesaron en 2016, cuando se fue a Calama por trabajo. Los abusos quedaron al descubierto cuando la niña se los contó a su madre. Tras esto, la mujer hizo la denuncia y le prohibió regresar a la casa.
En el juicio se escuchó el testimonio de la víctima, ya mayor de edad, quién narró los abusos y dijo que no denunció los hechos de inmediato, porque tenía una confusión respecto a las razones del comportamiento de su padre.
Tras valorar la prueba, el tribunal dio por configurados los delitos y aplicó al acusado una pena de 8 años de presidio que deberá cumplir de manera efectiva.
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