A la llegada a Santiago provenientes de Roma, una docena de obispos desembarcó. Los de mayor jerarquía de la Iglesia, lo hicieron por una salida reservada evitando a la prensa. El resto lo hizo por la salida normal. La mayoría no habló y sólo el Obispo de Chillán Carlos Pellegrin, conversó con los periodistas.
Sobre las cartas poniendo su cargo a disposición de las decisiones que adopte el Papa, monseñor Pellegrin dijo: “firmé con mucho gusto. Estamos a su total disposición para asegurar el protocolo para atender ahora a las víctimas de mejor manera. Asumo en comunión y apoyo al Santo Padre en las decisiones que tome”.
Sobre lo que sucede en estos momentos con cada diócesis al estar “renunciados”, monseñor Pellegrin indicó que por ahora “seguimos en nuestras diócesis, pero en el momento que el Papa tome decisiones, aceptamos. Queremos colabora con dolor, con vergüenza”, por lo que ha pasado.
Solo dos obispos no firmaron, en esta situación inédita en la Iglesia Católica, aunque el obispo Pellegrin aseguró que están en la misma línea de apoyo a las medidas del Pontífice. Se trata de los obispados de Aysén, Luis Infanti y el castrense, Santiago Silva, quienes no pueden firmar porque el carácter de su dependencia tiene algunos reparos.